lunes, 11 de junio de 2018


LA CHICA DE LA TORRE DEL ORO

No prometió que volveríamos a quedar. Ni siquiera que volveríamos a vernos. Ella seguía besándome mientras yo confiaba en lograr que esa noche no se quedara en la última. Así se lo repetía, una y otra vez, tras cada beso desenfrenado, oye Elisa, oye, de verdad, ¿no crees que sería posible que volviéramos a encontrarnos de nuevo otro día?
_No sé – me contestó - ¡Jo, Mario, lo siento! Pero es que no lo sé.
Nos despedimos en su portal y luego me marché con su aliento todavía fresco en la garganta. Desde entonces ha rechazado todas las invitaciones que le hice por volver a repetir una noche como aquella. Y, mira, si te soy sincero, sigo pensando mucho en ello.
_Lo siento, hijito, pero a esa chica no le gustas – me dice mi madre al contarle la historia.
En el trabajo digo que estoy enfermo y me voy unos días a Madrid. Allí le cuento lo sucedido a una amiga.
_¿Y dónde está el problema, Mario?
_Para mí aquello fue genial.
_Pues lo siento, amiguito, pero a esa chica no le gustas.
Repaso fotograma a fotograma cada secuencia de mi noche con Elisa. Pienso en sus pestañas, en la punta de su nariz, los dedos de sus manos. Qué recuerdos tan extraños.
En Madrid conozco a una chica y me invita a una cerveza. Durante la conversación le cuento mi noche con Elisa.
_Y no paro de plantearme por qué no ha vuelto a quedar conmigo. ¿Tú qué piensas?
_Yo no pienso nada. Solo quería ligar contigo y no paras de hablar de esa tal Elisa. Eres tonto, chavalito, a esa chica ni siquiera le gustas.
Madrid es una mierda y cojo un coche rumbo a Sevilla. Al conductor le hablo del humor de Elisa, su poderío feminista, sus delirantes dudas sobre el porvenir.
_Siento ser yo quien te lo diga, coleguita, pero a esa chica no le gustas.
Llego al hostal y me meto en la cama. A lo lejos se ve la Torre del Oro. Elisa está encima de ella, radiante, gritando sin parar:
_¡Todos se equivocan, Mario! ¡Me gustas! ¡Me gustas mucho!
Yo sonrío y le lanzo besos. Muchos besos.
Y con esa imagen bailando en mi cabeza me voy quedando dormido. La voz de Elisa sigue resonando desde la Torre del Oro.
Me gustas, Mario.
Me gustas mucho.
Mario Miret (ocurrido en mayo del 2018)

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