miércoles, 2 de abril de 2014

¡SIGAMOS BAILANDO!




¡Vamos a bailar! Mueve los brazos, nena. Venga, muévelos. Baila conmigo, vamos a dar vueltas, vueltas y más vueltas. ¡Eh! ¿Ves aquello que brilla allí? Es el tocadiscos y no para de dar giros, giros y más giros. A ver, cierra los ojos, déjate llevar, ahora estás bailando conmigo. ¡Eso es! No pares de moverte, por Dios. Lo sé, yo soy bastante torpe, no dejo de pisarte pero tienes que reírte, en serio te lo digo, tienes que reírte. ¿No ves que cada vez lo hago mejor? Sí, sí, sé que soy el primero que siempre se anda con prisas pero fíjate, ¡ya consigo dar varios pasos seguidos! Esto es mejor de lo que yo pensaba, nena. Ya no puedo dejar de moverme. Agárrate que vamos a seguir dando vueltas. Oye, y hay qué ver lo bien que te deslizas, incluso pareces de cristal. Pero estate quieta, anda, que te vas a salir de la pantalla. Nos falta pista de baile para los dos, ¿es que no te das cuenta, nena? ¡Yo antes solo bailaba con lobos! Está bien, lo mejor será que descanse un poco, tú sigue ahí, ¡estás deslumbrando a todo el maldito mundo! Venga sigue, ¡mueve la cadera! Venga, vamos, sigue así, tienes que reírte, ¡esta es tu canción! ¿Que qué estoy haciendo ahora? Maldita sea, necesito descansar, agota que me gustes tanto. Pero espérame, anda, que le cogí gusto a esto de ser tu acompañante y quiero seguir deslizándome contigo. Sigamos bailando juntos, al menos pensemos que la canción nunca va a acabar y que en cada estribillo te acercas y giras el cuello porque sí, porque tú eres una fantástica coreógrafa y así lo has decidido. ¡Vamos a bailar! Esta canción se acaba y yo sigo tropezando una y otra vez. Oye, ¡no deberías reírte de mí! Bien, te perdono si me lanzas un beso. Perfecto, ¡ya estás perdonada! Mira, se nos acabó la melodía, ¿ves? Ya podemos separarnos. Aunque quizás ahora venga lo mejor. Venga, nena, ¿te gustaría volver a bailar conmigo?