jueves, 14 de junio de 2018


ME OPERAN DE FIMOSIS

Mi madre tiene coño.
Mi hermana también.
Alguna vez los he visto.
Muy por encima.
Así, de refilón.
Mi padre está descapotado.
Como si tuviera una capa de Flubber en la punta.
Me vienen esos recuerdos a la cabeza.
Ahora que no para de salirme sangre de la polla.
Algo ha debido de romperse por ahí abajo.
Aparte de mi corazón, que ya lo estaba.
Aparte de mi cabeza, que no hay manera.
Acabo de follar con una desconocida.
Voy borracho.
Voy drogado.
¿Por qué cojones sangras?
¿Qué diablos te pasa?
Deberías ir al hospital, me aconseja.
Yo te acompañaré, me sugiere.
No hace falta que lo hagas, le contesto.
Aunque me muero de ganas de estar con alguien.
Pero me sabe mal no acordarme de su nombre.
Soy un gilipollas.
Y yo solo lloro camino de urgencias.
Y ya no estoy tan borracho.
Y ya no voy tan drogado.
Ando perdido en la sala de espera.
El médico me dice que pase.
Vamos a tener que hacerte un pequeño corte.
Es una operación facilita.
Así que unos días después aparezco.
Anestesia local y la polla al aire.
Me bajan la piel y me baja la sangre.
Si salgo vivo de esta, me prometo no volver a follar.
Intento matar el mal trago con recuerdos.
¿Cómo pudo romperse el frenillo?
Aquella chica cabalgaba encima de mí.
¡Qué rápido lo hacía!
Yo no sentía placer.
Una semana antes Paola me había dejado.
Lo siento, Mario, me he enamorado de otro.
Por eso solo sentía rabia.
La desconocida saltaba y yo levantaba el culo.
El sexo como vía de escape.
Y la sangre llegó cuando imaginé mil Paolas en mi cuarto.
¡Dios mío! ¡Cuánto la echaba de menos!
Seguía pensando mucho en ella.
Demasiado reciente todo.
Deberían también operarme contra la paolitis.
Le cuento esta historia a la enfermera.
Me da la mano mientras la operación continúa.
Al acabar, me aconsejan estar un mes sin prácticas sexuales.
Les digo que no pienso tenerlas nunca más.
Se ríen de mí.
Yo me marcho directo a mi casa.
Joder, Paola, lo que me estás haciendo sufrir.
Necesito un abrazo de alguien.
Miro a la gente por la calle.
Me pregunto cuántos tienen el corazón roto.
Me pregunto cuántos la la polla cosida.

Mario Miret (ocurrido abril 2016)


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