lunes, 4 de junio de 2018

EL DÍA DEL ATAQUE



EL DÍA DEL ATAQUE

Resuenan las bombas en Alepo. ¡Boom! ¡Bam! Piernas y brazos se desprenden de sus cuerpos y se gangrenan en la más mísera soledad. ¡Mutilados! ¡Mutilados! Otra vez el eco ensordecedor del día a día en la otra parte del mundo.

Me siento desbordado por el desorden de la vida. No encuentro ayuda ni en los libros ni en los litros de cerveza que escampo por la habitación con más pena que gloria. ¡Bam! ¡Boom! Otra vez ese maldito ruido que ultraja el bienestar. Madrugada de hielo y el mundo se congela. ¡Boom! ¡Bam! Como si de la nada se tratase resuenan los tambores de la guerra.

Extenuado, busco el desayuno por entre las botellas vacías de cerveza. El aliento me sabe a sangre. Desangro mi voz a gritos. ¿A quién demonios le importa que yo me vuelva loco si el mundo se está muriendo?

Gastón, mi compañero de piso, entra en mi habitación asustado:

_ Mario, ¿qué coño te pasa? Joder, voy a llamar a una ambulancia.

_ ¡No necesito una ambulancia! ¡Todo se va a la mierda! ¡A la mierda!

¡Boom! ¡Bam!

Vamos al comedor. Gastón enciende el televisor. Alepo en primera plana.

_ Son todos unos hijos de puta – dice mi compañero.

_ O de puto – le contesto.

Revolotean decenas de gorriones sirios sacudiendo alegres sus inocentes alas, esperanzadores. Escopeta al aire y estallido desgarrador. La muerte os espera valientes gorriones, piad mientras podáis. ¡Ama, gorrión, ama como si no hubiera mañana!

La música celestial mantiene vivo el último aliento. Dos gorriones enamorados se despiden entre lágrimas de acero. ¡Mutilados! ¡Mutilados!

_ Te pío mucho. Te pío como nunca he piado a nadie más.

_ Yo también te pío mucho, y siempre te piaré.

Sentado en el sofá me siento inútil, mantengo la compostura de quien no tiene nada que perder y aun así acabo perdiendo. La vida es eso que pasa mientras el mundo explota y la cerveza se consume. Y me ahogo. ¡A la mierda!

Alepo se encuentra a 4500 kilómetros de Valencia. Otra bomba ha explotado llevándose tras de sí la alegría de cientos de personas. Pronto amanecerá en Siria.

_ Gastón, amigo, prepara café, el olor a muerto aún tardará en llegar.

Mario Miret (ocurrido en marzo 2014)


No hay comentarios:

Publicar un comentario