domingo, 14 de noviembre de 2010

TERAPIA SEGUNDA.

Cuando la amistad se romantiza, se pierde al amigo en busca
del  romance. 
Cuando el romance finaliza, se pierde a la persona en busca de
un nuevo amigo. 
"No esperes que te quieran, espera que te abracen"

Amistades peligrosas.

Desde que los pájaros empezaron a sangrar con miradas inquietantes que se deshacían en las madrugadas de un servidor, no habían vuelto a ver mis ojos tal espectáculo como anteriores desdichadas atracciones sensuales.  Se trata de recuerdos que vagan en la mente de uno tan lentamente que se facilita su circulación con sonrisas rutinarias dedicadas a  una femenina ajenidad.

El pánico de la incertidumbre invade el fondo del mar provocando mareas que inundan a uno, extremándole contra vientos procedentes de lugares que conoció en aquel crepúsculo matutino. Resisten los cimientos positivos de la vida que anduvimos desafiando cuando las promesas se alejaban del odio y crecían para siempre en una amistad que dejamos atrás.

Se enfrentaba uno al infinito de las fronteras transparentes que separaban débilmente caricias desgarradoras con abrazos espontáneos en condición de terapia amigable. Se consumía uno al derretirse contra los metales ardientes de los sueños que generosos ofrecían tu visión con su característica oscura nitidez.

Crece el escepticismo de evocar soluciones que no consideramos oportunas por el recelo que nace del consenso diferente de nuestras desorbitadas mentes. Uno siente que necesita la ambición que en ti puede proporcionar, solo uno. Se suma a la lista negra alguien que destroza la ilusión vertida de brillantes enterrados con el consiguiente de ser apaleados mientras uno se carboniza en el fuego de su realidad.

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