viernes, 6 de mayo de 2011

Rutinas ascendentes

Los superhéroes

"Allí estaba la experiencia, preparada para ser escuchada por aquellos"



-¡Qué agradable sorpresa! Pase, pase, no le voy a negar la entrada el día de su aniversario; por mucho que la madrugada cante por tercera vez.

-Perdone la interrupción, pero sí, son ocho meses los que han pasado desde aquellas primeras rutinas, las nostálgicas terapias y aquellos depravados antecedentes.

-¿Y qué tal? ¿Se siente mejor?

-Ocho meses no es nada, dos años y cinco meses es más, y 56 años ya ni le cuento.

-¿A qué vienen esas cifras?

-A las circunstancias de la vida.

-Pero, ¿de qué vida?

-Bah, yo que sé. La de algún superhéroe supongo, como Superman, Flash, Robin o el capitán América.

-¿Qué? Usted me está hablando de superhéroes muertos.

-Exacto, todos y cada uno de ellos.

-Le pido que no se trastorne el día de su aniversario. ¿No va a pedir ningún deseo?

-Claro que lo voy a pedir, ya que me lo concede. Deseo que el abuelito se ponga bueno, y que siga adelante.

-Le he pedido que no se trastorne. Le recuerdo que usted no tiene abuelito.

-Ya lo sé, no soy idiota. Hablo del abuelito de un amiguito, que está pachucho y débil.

-Ojalá le puedan otorgar ese deseo, que para superhéroes muertos no ganamos.

-Yo tengo nombre de videojuego y no me quejo, por muchas vidas que me quiten siempre puedo reiniciar.

-En la vida real, si reinicias, quizás no te vuelvas a encender.

-Somos actores de nuestra propia metaficción. Todo el día buscando al protagonista principal y usted me dice que esto no es un videojuego. Voy a darle al pause, necesito pensar.

-Vaya usted con Dios.

-Y usted con Super Saiyan.

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