sábado, 17 de diciembre de 2011

Testimonios de un amor sin conclusión IV


EL AMOR LO PUEDE TODO


El día que se fue me dolió tanto que hoy, todavía, sigo necesitando curas diarias en el corazón. Pero en los caminos yacen rocas que pesan tanto que hasta el fin de mi vida cargaré con ellas en la espalda, con el sufrimiento que supone ver a los héroes perder una batalla. Aunque quien lucha ya se convierte en ganador, porque el amor lo puede todo.

El día del que no se puede hablar provocó grietas irreversibles a lo largo del sendero. Los pies, a partir de ese momento, tiemblan al desplazarse hacia delante, inquietos, buscando cobijo al que aferrarse, como quien abraza a un cuerpo inerte y siente su calor, un calor que ya no existe, pero el amor lo puede todo.

El día en el que el sol no quiso brillar, el frío se apoderó de los organismos y la congelación se transformó en la amputación del alma, la esencia y la felicidad. Todo obstáculo complica avanzar, pero a ciegas me movía entre la gente, como quien no encuentra lo que ya no existe pero es capaz de imaginarlo porque el amor lo puede todo.

El día en que los payasos lloraron a ritmo de balada, experimenté por primera vez lo que eran las gotas de lluvia naciendo de mis retinas. Cascadas de agua inundando la travesía, como quien se ahoga en su propio miedo y no sabe nadar. Así me sentía yo, con el peso de una roca reposando sobre mi lomo. Por eso temí naufragar, pero su recuerdo actuó de salvavidas. Porque el amor lo puede todo.

Aquel día fui consciente de que las sonrisas más impactantes son las de las personas que ya no pueden sonreír. Inténtalo, sonríe. Te aseguro que el amor lo puede todo.

2 comentarios: