jueves, 22 de marzo de 2012

Personajes referentes de la vida de un ratón (IV)


La amante de los últimos días de invierno


En este maldito caos solo ella parece de mentira. El único orden presente, sus labios, con su bendita manía de morder los míos. Hay un ligero momento en el que mantenemos la distancia, respiro de su aroma y la noche se vuelve fugaz,  igual que los últimos días de invierno. 

Como cualquier año transcurrido, empiezo a pensar que su magia ya no me hace efecto. Lo cierto, que nunca dejé de quererla, solo que dejé de demostrarlo. Una chica que con su sola presencia aligera la pesadumbre de vivir. Incluso, a veces, solo basta su voz, o sus besos; pura adrenalina.

Con lo duro que es perder la vida y yo, que siempre tuve vocación de gigante suicida, entablo relación con quien es alérgico al sentimiento. Aunque a pesar de la muerte, de la vida o la suerte, yo la querré hasta que la naturaleza de por terminado este frío invierno. 

Tras comenzar la primavera esperaré, tras descolgar el teléfono, su voz ansiosa de traspasar de nuevo nuestros besos. Y me encontrará temblando, preso del recuerdo de unos ojos que eran capaces de mirar por dentro. Pero la culpa es del silencio, de todo aquello que callamos y nos hace eternos. La culpa es del invierno, que congela este maravilloso silencio. 

Sin necesidad de más palabras, respondo al frío invernal con un cálido abrazo que consigue que lo impredecible se vuelva imprescindible. Ya no se acuerda del latir continuo de mi corazón, que tanto le gustaba; porque nuestras noches son embriagadas y a la mañana siguiente puro espejismo. 

Viento de poniente para esta refrescante madrugada en un impotente afán de ordenar el caos. Todavía no ha amanecido, pero voy haciéndome a la idea.  Sé que esta es la historia de un amor en carrera desenfrenada hacia la muerte, porque el invierno, como todos los años, ha vuelto a terminar.
.

No hay comentarios:

Publicar un comentario