sábado, 7 de enero de 2012

Microrrelatos para micropersonas (VI)


EL HIELO ARDIENTE DEL BESO CONGELADO


La conocí mucho antes de que ella lo supiera. Siempre pedía whisky con hielo. La quise el día en que me conoció. Nunca pensaba en el futuro. Me enamoré cuando empezamos a besarnos. 

Nos imaginé entonces en su cama fabricando las mañanas. Sonaba esa canción en la que aquel tipo no se atrevía a decir “te quiero” por miedo a que algo cambiara. Ella simplemente quiso rellenar su vaso. A mí me daba igual esa maldita canción.

  - Te quiero.
 - ¿Qué? – se asustó.
Rectifiqué.
 - Que te he pedido hielo.
 - ¿Más hielo por qué?
 - Porque quiero congelar este momento todo lo posible.

Me miró con extrañeza, pero siguió masticando mi lengua en su garganta. No dejamos de besarnos. No dejamos de besarnos, hasta que el hielo, muy a mi pesar, se derritió.

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