Burlarse de David
"No les hagas caso, puedes acabar convirtiéndote en uno de ellos"
A David nunca le importó ser el hazmerreír de todo el colegio. En su clase ya era conocido como el gafotas o el ballenato, pero él mostraba la misma pasividad por cada uno de los insultos recibidos.
Durante el instituto, también pasó a ser el hombre oso y el pitufo. En cambio, a muchos les irritaba tanto que David no se sintiera ofendido, que continuaban sus burlas hasta conseguir destruir la sonrisa de su rostro.
Entonces un chico le llamó negrata, y todos los demás la tomaron con él por haberse metido con la raza de David.
- ¿De qué vas llamándolo así? ¿Acaso te crees superior para faltarle el respeto por su color de piel?
David se sintió confuso. Le sorprendió que los mismos personajes que lo insultaban por cualquier motivo, estuvieran defendiéndolo en ese momento.
Ver para creer, al fin y al cabo eran todos los mismos gilipollas que por unas razones u otras subían su autoestima a costa de David, el cual, sonriente como ninguno, concluyó:
- Tranquilo, puedes llamarme negrata, no les hagas caso.
Desde ese día, nunca más volvieron a burlarse de David.
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