La viuda y su marido
No había consuelo para aquella viuda que lloraba desconsolada. Estaban en el funeral ella y las cuatro amantes que había tenido su marido. Las cinco formaban un mar de lágrimas que ninguno de los allí presentes quiso perturbar. Los había que, de tanta confusión, optaban por reír a limpia carcajada.
El más valiente fue a la viuda y le preguntó: "¿Cómo es que lloráis todas si su marido compartía en secreto tantas amantes?" La viuda, indignada por la pregunta y señalando a un hombre que se encontraba a escasos metros, respondió: " ¡Ninguna de nosotras pensó nunca que mi marido pudiera ser homosexual!
No hay comentarios:
Publicar un comentario