Oh amigo, oh hermano
Oh amigo.
Oh hermano. Qué lindos tus ojos
y qué
linda tu tristeza
Qué lindo
este día que iluminas
cuando
me saludas o te escabulles de la mayoría.
Qué
lindos, amigo, son tus días, y mis días si son también los tuyos.
Oh hermano,
qué alegría si estás vivo por las noches
y me
escribes desde lejos, más allá del norte.
Qué
buena, compañero, es tu casa
pues es
hogar lindo como tus ojos tristes en los días vivos.
Qué
alegre tu sonrisa que contamina
los
recuerdos del futuro, ¡qué lindos son!
cómo
alegran si es futuro fabricando enormes minorías.
Oh
amigo, eres hermano que perdonas
y no
debes,
pero ¡oh
qué digo!
si el
mundo es para ciegos y tú no ves los nubarrones.
Oh
amigo, oh drugo insaciable,
que de
mis labios no oirás nada
mas escribirte
estos versos de madrugada
donde más
vives tus noches, yo compongo
con pensamiento
en ojos tristes
un lindo cancionero para tus días no tan vivos.
Qué lindo
es el abril, qué alegres sus días
y si no
te digo nada
en el eterno silencio sobran las palabras
donde
escribo en tinta azul,
como tu
sangre real, republicana a santa escala.
Y si el
perdón de Dios no te es concedido,
¡oh
amigo, oh hermano querido!,
yo prometo
ser aquel
que te
absuelva del pecado mortal
que supone
ser amigo mío.
Oh hermano
señor, caminante de ilusión,
oh corazón
donde los haya,
amigo de
las noches, ojos tristes,
qué alegría
tu mirada los fines de semana.
Oh amigo,
oh hermano, todo pasa y solo quedan
poemas gratuitos
que cargamos en la espalda.
Oh amigo
jura que si llega el día,
Dios no
quiera,
se pierda
nuestra esencia,
mas sea
magia y todos crean
que con
la muerte,
tal vez,
hayamos hecho historia.
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