MI PADRE HA MUERTO
Han llamado a las dos. Papá ha muerto. Yo salía del examen de finanzas. A mí no me gustan los números. No quiero estudiar economía. Aquel profesor quiso corregirme, que a mí lo que no me gustaba era trabajar, que yo era comunista. Yo me encogí de hombros. Ahora hago lo mismo. El tren me lleva a Gandia. La noticia sigue retumbando en mi cabeza. Luego llegaré al tanatorio donde mamá ya estará esperando, y el sol seguirá resplandeciente, y las gaviotas seguirán volando bajo, y los pesqueros saludarán desde lo lejos.
_ Hace un día demasiado bonito para haberse muerto – le digo a mi madre.
_ Mejor. Tu padre se hubiera puesto muy pesado con este calor.
_ ¿Y qué importa? Hacía seis meses que no lo veías.
_ No. Ese es el tiempo que hacía que no te veía a ti. A tu padre muchísimo más. Por cierto, he decidido incinerarlo, no vaya a ser que se despierte.
Entonces se acercan familiares y amigos. Todos me abrazan y me besan. Que qué guapo estoy, que cómo he crecido, que si ya tengo novia, o novio, que a ver si el niño nos ha salido maricón, se ríen, hacen chistes, me consuelan.
_ Lo siento, muchacho. Tu padre era un buen tipo.
_ Si tú lo dices...
Por la noche mamá me invita a una cerveza. Está mayor. Está guapa. En cada arruga le aprecio un recuerdo de mi infancia. Le pido perdón y le doy las gracias. No le hablo, pero la miro.
_ Estás muy delgado, Mario. ¿No comes? Deberías comer más – dice mi madre. – Mucha fruta, acuérdate. Y no bebas tanto. Deberías beber menos. Agua. Agua sí que puedes beber.
Ella pide otras dos cervezas.
_ Pero dime, dime cómo te va, hijo. Hijito mío.
_ Creo que me voy a dejar la carrera – le digo.
_ Nunca me gustó que estudiaras periodismo, hijo. Yo quiero que te vaya bien, que ganes mucho dinero.
_ Estudio economía. Eso sí que da dinero, pero me aburre. Además, el otro día un profesor me llamó comunista.
_ ¿Y eso es bueno o malo?
Me encojo de hombros. Los dos nos reímos. Mamá esta loca. No lo digo yo. Lo dicen los médicos. Pero es una loca graciosa. Y nosotros queremos seguir pasándonoslo bien.
Así que con el permiso de mamá, pido la tercera cerveza.
Mario Miret (ocurrido en diciembre 2010)
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